viernes, 14 de mayo de 2010

RELACIÓN DE PODER, AUTORIDAD Y LIDERAZGO

¿CÓMO RELACIONAR PODER, AUTORIDAD Y LIDERAZGO?
• El poder puede existir sin la autoridad ni el liderazgo. ( más aún en un sistema NO democrático)
• La autoridad es la fuerza moral que permite generar liderazgo.
• El Liderazgo sólo se puede ejercer con autoridad y ayuda a incrementar el poder



El poder es una relación social. No es un dato de la naturaleza, sino que tiene un origen eminentemente social. Se constituye no por la fuerza inherente a un individuo, un clan, un linaje o un grupo de interés, sino por la aquiescencia de toda una comunidad de sujetos investidos de ciertos atributos que residen en su radical condición de seres humanos: son libres y se hallan dotados de inteligencia, voluntad y emociones. El recipiente del poder no es, así, en rigor, un sujeto colocado en una situación de privilegio, facultado para servirse de él en provecho propio. Si sabe auscultar su situación con un mínimo de lucidez, sabrá que él es, por encima de todo, un servidor, un mandatario, y que su posición de eminencia, su liderazgo, bien entendido, no es sino el reflejo de una voluntad popular. En esta acepción del poder, la política deja de ser una acción instrumental que trata el mundo, la sociedad, la comunidad como objetos pasibles de manipulación.

El poder, en tanto es instituido por la comunidad, constituye parte de ese mundo creado y a la vez está al servicio de él. Son innumerables las acciones que se pueden ejercer desde el poder. Pero, en rigor, todas ellas deben estar remitidas a dos esferas de valor esenciales: en primer lugar, a la noción de lo que es estrictamente justo según una consideración de lo universal humano, y en segundo lugar, a la noción de lo que es bueno y deseable según los acuerdos establecidos en una comunidad particular.

El poder debe estar siempre uncido a la obligación de ser representativo. De hecho, esa representatividad es la que lo hace legítimo. Esa representatividad, que es obligación siempre renovada del depositario del poder, tiene un anverso complementario en la responsabilidad. Una comunidad política llega a ser una comunidad ética solamente si sus miembros tienen la posibilidad, pero también la disposición, para ser ciudadanos en el sentido estricto de la palabra.
Es decir, sujetos que no sólo reconocen su pertenencia a la comunidad, sino que hacen de dicha pertenencia una experiencia activa en la que asumen compromisos y tareas y en la que se hacen cargo de sus acciones y decisiones.

Un ejercicio ético del poder reclama, también, que la comunidad sepa dejar atrás esa forma de relación política, que es una forma de asumirse a sí misma como objeto, para entablar otros vínculos de exigencias más complejas, entre las cuales la demanda del reconocimiento y del derecho a la participación son esenciales.
Con facilidad confundimos autoridad real y autoridad administrativa, o autoridad y poder, sin caer en la cuenta de que no siempre quienes tienen la autoridad administrativa o el poder tienen la autoridad real. Confusión que se acrecienta cuando reducimos un concepto ético-político como el de autoridad a una perspectiva sociológica, psicológica o jurídica.
Para el sociólogo, la autoridad es la capacidad de imponer y obtener obediencia que detenta una persona en un grupo. Para el psicólogo la autoridad es un rasgo del carácter con el que determinados sujetos resuelven los conflictos; a veces los problemas de autoridad se reducen a problemas de liderazgo; no en vano la autoridad ha sido un problema importante para la psicología social, muchos años después de haberse detenido únicamente en el estudio de la personalidad autoritaria. Para el jurista, la autoridad se identifica con el servicio a la legalidad, con el poder formal, con el sometimiento a la ley, con el imperativo de la legalidad. Son autoridad quienes sirven a la legalidad, tienen autoridad quienes las leyes han colocado al frente de la comunidad. Estas simplificaciones han contribuido a que desalojemos el concepto de autoridad de la pregunta por los fundamentos éticos de la política.
En ética política el concepto de autoridad es más complejo que el de poder. El poder político no es únicamente la capacidad de hacer algo en una comunidad, sino la capacidad de que las cosas se hagan, sea voluntariamente (poder como consentimiento) o sea por la fuerza (poder como coacción, como capacidad para imponer sanciones).
Aunque en castellano a veces utilizamos el término poderío para nombrar esta capacidad de que las órdenes se cumplan, independientemente de que sea con el consentimiento de la voluntad o con el uso de la fuerza para coaccionar la voluntad. De ahí que el poder político no sea un poder cualquiera sino un poder coactivo; en este sentido, lo más específico del estado moderno y de sus representantes es disponer de la capacidad de que las órdenes se cumplan por la fuerza. Aunque, claro está, ya no se trata de un poder coactivo cualquiera (fuerza bruta), sino de un poder legitimado por el derecho y la ley (imperio de la ley). Este era el sentido en el que M. Weber definía el estado moderno como la institución que detenta el monopolio de la violencia legítima.
El vínculo de unión, de cohesión y de solidaridad no puede conseguirse por la fuerza o por el poder coactivo, coercitivo y sancionador de las leyes. La crisis de legitimidad es una crisis de la autoridad, porque quien cumple sus obligaciones ciudadanas no lo hace por convicción sino por convención, no se obedece al poder político por obligación moral sino por obligación legal. Por ello, el de autoridad es un concepto específicamente moral, dado que el poder político sin autoridad o es opresivo (se impone sólo por la fuerza) o es impotente (no genera un mínimo ->consenso). Así pues, una de las tareas más importantes de la ética política es proponer la transformación del poder (capacidad de coacción) en términos de autoridad (capacidad de dirección).

PODER (CONCEPTO)

PODER
• 1.- Es la capacidad de modificar o influir el comportamiento de un actor. ( esta definición se asimila a influencia)
• 2.- Capacidad de condicionar y modificar la conducta mediante una sanción de por medio

Estado, poder y autoridad
• El Estado puede ejercer el uso de la violencia (poder) basándose en su autoridad, que dependerá de su naturaleza. Es decir, el poder del Estado se legitima por medio de la verificación de las fuentes de su legitimidad.
• Si es un sistema democrático la autoridad emanará del principio de legitimidad democrática que se verifica mediante la participación de los ciudadanos en votaciones libres.

Liderazgo y Autoridad
• Liderazgo: capacidad de conducción de grupos, basándose en algún tipo de autoridad que emana del carisma o del conocimiento experto.
• La principal característica del líder es que es capaz de generar acción colectiva
• El líder genera poder a partir de las fuentes de su legitimidad

SOCIEDAD Y AUTORIDAD (CONCEPTOS)

SOCIEDAD
Conjunto de personas que se relacionan entre si, de acuerdo a determinadas reglas de organización jurídica y que comparten una misma cultura en un espacio y tiempo determinados.

AUTORIDAD
El término autoridad es un sustantivo que viene del supino autum del verbo augeo, de donde vienen, en castellano, auge y aupar.
• Viene del latín “auctóritas”, que es el derecho de mandar, de decidir , de tomar decisiones, dar órdenes, o dirigir conflictos, que ostenta una persona respecto de otras en el ámbito del sistema de relaciones humanas en que se desenvuelve.
Tiene AUTORIDAD quien puede dar eficacia moral a las determinaciones de su voluntad. La Autoridad es una fuerza moral, en cambio, el Poder es una fuerza material.
El poder es un elemento fáctico mientras que la AUTORIDAD es un factor ético-normativo